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Dec01

Lúa Vermella

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A veces se confabulan varios factores para convertir el visionado normal de una película en una experiencia. Algo así me ha pasado con “Lúa Vermella” de Lois Patiño, una película que se puede definir como diferente.

El primer factor de los que antes hablaba está en los comentarios que ya había escuchado sobre este trabajo. “Es una película para inteligentes” esto lo escuché en tono irónico y con buenas dosis de retranca gallega poco antes de entrar. “Eu non entendín nada” con tono sincero. “Al menos tiene buena fotografía” el típico cinéfilo.

Después estuve charlando con el dueño del cine sobre los problemas del sector en estos tiempos de pandemia, la imposibilidad de seguir abiertos a no ser que (cómo en su caso) no tengas empleados y hagas lo imposible por mantenerte. Sobre todo con películas como esta. Películas de autor, do novo cinema galego, diferentes, poéticas, experimentales… lo que quieras, pero sinceramente... películas con poca recaudación.

Y doy fe de ello ya que estuve absolutamente solo en la sala. Un espectador, yo.

La película transcurre como una experiencia fotográfica, planos largos, inmóviles, con encuadres académicos bellísimos y personajes inquietantemente estáticos, fantasmales. Hasta tal punto que cuando visionamos planos dónde la cámara se mueve (paneos o travellings) te sorprendes.

Estas figuras (en principio me resisto a llamarles personajes) aparecen en el interior de sus casas o en lugares comunes, normales. En el bosque, en la calle, en la costa por ser marineros. Lugares típicos de la Galicia interior o la Galicia costera. Espacios fuera de un tiempo concreto.

No hay diálogos, hay pensamientos, murmullos, miedo.

El Rubio, un hombre que ha rescatado a más de 40 muertos perdidos en naufragios, ha muerto ahogado, su madre invoca un conjuro para que as meigas lo traigan de vuelta…

Ar no ar

Auga na auga

Lúa Vermella

Chamo por vos

Facede Meigas que o meu fillo veña

Y las meigas llegan y empieza la transformación, el terror mitológico a ritmo ultralento, lleno de figuras legendarias propias del folklore da Galicia. La figa (ese puño cerrado con el pulgar entrelazado), la Compaña (la procesión de ánimas), las meigas (las brujas), los rocas con vida propia, los bosques impenetrables, el poder absoluto del agua…

Si el Rubio vuelve ¿será un fantasma entre vivos?, ¿será un resucitado entre fantasmas?. El encuentro entre los dos mundos es imposible. La Lúa vermella lo transforma todo.

El tramo final es un festival del poder de las imágenes y el embrujo del color, formando conexiones con el terror cósmico de Lovecraft y sus criaturas marinas inenarrables. 

Se puede hablar tanto sobre esta película... sobre si existe el terror poético, mitológico, insondable. Tan lejano, a millones de kilómetros de cualquier otro tipo de terror convencional...

Yo no sé si recomendarte esta película, esta experiencia.

Pero te aseguro que a mí me ha hipnotizado. Ya estoy buscando dónde ver la primera peli de Lois Patiño “Costa da Morte” (2013) y estaré muy atento para no perderme el siguiente paso de este director.

 

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